domingo, 21 de diciembre de 2014

Documental callejero

Domingo de caminatas por Viña del Mar. Afuera de un mall, dos hombres están sentados en el suelo, vagabundos de trajes rasgados que travesean mientras, con una video cámara hecha de cartón, piden dinero a los transeúntes "Ya pues chiquillos, es para financiar un documental". Ríen.
De pronto, entre la multitud que circula preocupada de las compras navideñas, una mujer menuda y sencilla se acerca, echa mano a su bolsillo y les dice "sólo doy dinero a la gente que trabaja, pero lo de ustedes me pareció tan ingenioso..." El más alto guardó silencio, se veía emocionado. Miró fijo a la mujer durante algunos segundos y preguntó "¿Estás casada?". Ella, que ya emprendía su marcha le contestó divertida "Sí, con la vida" "¡Cásate conmigo ! ¡Yo soy la vida!" gritaba el hombre para que ella no se fuera "¡En otra vida!" contestó ella a casi una cuadra de distancia. Al hombre alto le brillaron los ojos, juntó aire en sus pulmones y gritó "¡Eres bella!".
Carcajadas iban, carcajadas venían entre la multitud acelerada.

domingo, 13 de octubre de 2013

Perros que Ladran

Este micro cuento fue incluido en la antología "¡Basta! 100 Mujeres contra la Violencia de Género" recopilación de Pía Barros para Asterión Ediciones en el año 2011. Fue republicado en una versión bilingüe el 2012, con traducción al inglés por Martha Manier, Profesora emerita Humboldt State University, CA.
Gracias Pía por involucrarme en este proyecto, un gran aporte que ayuda a instalar el tema de la violencia hacia la mujer en distintos ámbitos de la vida. 
Partimos de la discusión, esperamos algún día erradicar el problema.





Perros que Ladran

Fue lo de siempre, te sacaste la correa y me la amarraste al cuello. Tu rostro estaba sobre el mío tirando el tufo caliente.
Lo sentí duro entrar, una y otra vez, mientras jalabas de la correa con tanta fuerza que apreté los párpados por el dolor que me causabas.
Antes del final, tomaste con tu otra mano el arma, la pusiste haciendo presión sobre mi estómago. ¡Mami! gritó ella. Al fin abrí los ojos para verla infinitamente frágil, asustada en el umbral de la habitación.
¡Corre a ver a tu perro, que está ladrando!, le dije.
En cosa de segundos giré el arma contra tu miembro y lo sentí acabar en sangre, por última vez.  


Dogs that Bark

It was the same as always, you removed your belt anda wrapped it around my neck. Your face was on mine, the hot stench of your breath oozing from it.
I felt it hard , as it penetrated me, over and over again, while you pulled on the leash with such force that iIsqueezed my eyes shut because of the pain.
Before it ended, you took the weapon in your other hand and shoved it into my stomach.
"Mommy!" she screamed. I finally opened my eyes to see her, infinitely fragile, standing in fear at the bedroom's door.
"Go see to your dog! He's barking." I told her. 
In a matter of seconds, I turned the weapon against your penis and I watched as you came in blood for the last time.